Lo contrario también es cierto «que las personas experimentan intensas emociones destructivas sobre los demás, pero por alguna razón no pueden separarse. Todos sabemos acerca de la mujer que en su mente tiene una muy buena razón para quedarse con una trampa o un marido violento. Lo mismo vale para por ejemplo, relaciones incestuosas y los niños maltratados y abandonados.
Ninguna de estas ocurre por casualidad o por accidente. Todo es parte de un plan que abarca varios siglos, y de un movimiento hacia la integración primero con nosotros mismos, y luego uno con el otro.
La eternidad no conoce el tiempo. Creamos el tiempo para que podamos entender mejor el plan.
También la eternidad no conoce la forma. Nosotros usamos los organismos, porque no estamos espiritualmente todo lo suficiente como para dejar los cuerpos detrás.
Seguimos re-encarnar, hasta que podamos, como en el ejemplo de las gotas, se re-integrarse de nuevo.
Entonces, como Nelson Mandela y Mahatma Gandhi y otros como ellos, volvemos a esta tierra de nuevo, por lo que podemos iluminar el camino de nuestros hermanos y hermanas. Nuestro objetivo es volver a integrar a todas las almas, de modo que podemos llegar a ser uno con Dios otra vez.
Eso es lo que la re-encarnación se trata, es por eso que a veces «reconocer» extraños y la experiencia de déjà vu (la sensación fuerte, seguro de que usted ha estado en un lugar o situación en particular antes de que, a pesar de que su mente lógica dice que es imposible).
Por eso también a veces tenemos sueños chocantes acerca de las personas que más queremos, y eso que a menudo tienen tanta dificultad para separarse de la gente que nos duele más.
Una vez que entendamos que somos parte de la eternidad, a menudo resulta más fácil comprender el más alegre y partes más dolorosas de nuestra vida.
Luego nos acercamos más a ser como esas gotas de agua perfecta solo que reflejan la belleza de la naturaleza, o incluso a ser como la colección de gotas perfectas que forman un arco iris.
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