Empezamos con la pregunta ¿Por qué dejamos la vida? Todo cambio es difícil y requiere de mucha energía destituida.
Así como existe el progreso material, tecnológico, intelectual, cultural, y otros, también debe haber una evolución moral y espiritual, que es el punto principal de nuestra estancia en la tierra. Cuando traemos los murales del reino espiritual después de nuestro resultado físico, la tristeza que nos afectara si no evolucionamos, será inconmensurable.
¿Por qué? Precisamente porque caemos en la realidad y nos quedamos estancados y no aprovechamos nada del esfuerzo realizado y la oportunidad en esta etapa de la vida. Pero Dios es tan perfecto que nos dará otra oportunidad, no habrá problema, seremos bien recibidos, pero redirigidos para la fila nuevamente.
¿Qué fila? Es aquella que nos llevará de vuelta a la tierra para caminar a través de los mismos problemas y dificultades, para que entonces podamos tener otra oportunidad de corregir para la nueva etapa. Así es que se nos da vida o más vidas hasta que aprendamos la enseñanza requerida por el «espíritu».
Tan sólo por poner un comparativo diremos… ¿A quién le gusta repetir el estudio de la escuela y perder tiempo y dinero…?
Yo creo en la buena conciencia, a nadie. Así será también nuestra sensación de perder un año más para poder después retomar todo de nuevo en nuestra vida en la tierra. Esto ya no es noticia sorprendente para nadie, que hay un mundo paralelo al nuestro, de donde proviene gran parte de las inspiraciones que vienen a nosotros a través de nuestros mentores espirituales y protectores, que, por desgracia, en la mayoría de los casos, se pierden por nosotros mismos.
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