Lo creas o no, todos los hombres son provisionalmente espíritus encarnados, estos están rodeados por los espíritus que influyen en ellos para bien o para mal, en armonía con sus sentimientos. Eso le pasa a los que ven y también aquellos que ven o no perciben nada. En todo momento el cuerpo está siendo bombardeado, y atravesado por millones de vibraciones que constituyen el espectro de energías universales, que no tiene la más mínima percepción. Sin embargo, los dispositivos ultra sensibles prueban este hecho.
La mayoría de nosotros vivimos a través de nuestra encarnación en la lucha puesta exclusivamente para la conquista de los bienes materiales. Ello se presenta incluso cuando admiten la supervivencia del espíritu después de la muerte, para lo cual la mayoría no quiere pasar mucho tiempo preocupándose por la vida espiritual, viviendo sólo el mundo material en la Tierra. Cuando estas personas mueren, no están preparadas para “inscribirse” en los planes espirituales. En estas condiciones, para facilitar la comprensión de la forma en que los espíritus pueden cambiar el destino humano, es útil clasificarlos en tres categorías:
Espíritus instructores
Espíritus en sufrimiento
Espíritus malos
Los Espíritus instructores: Estos son emisarios de la sabiduría.
Espíritus en sufrimiento: Este por su parte no se quejará de la fatiga, dolor, hambre, sed, ni de sueño, esta incondicionalmente hará todos los trabajos que le manden.
Espíritus malos: La obsesión en este caso es el factor común, esto lleva a el dominio que los malos espíritus ejercen sobre determinadas personas, con el fin de tenerlas a su manejo y ponerlas contra su voluntad, ello lo hacen por el goce que tienes al causar daño.
Bendiciones!
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