La reencarnación es una creencia tan antigua como podamos imaginar. En tiempos de los egipcios ya se dedicaban a la momificación de los cuerpos esperando el llamado en el que estos volverían a la vida en gloria y majestad.
En lugares como el antiguo mediterráneo la noción de este término aparece de variadas formas según la corriente filosófica y religiosidad de la ,época. Practicando ritos como una forma de acercar a los vivos y los muertos.
En las sociedades africanas ciertas etnias tenían la creencia de la reencarnación, y esta jugaba un importante rol social. Entre los Kikuyo, una tribu de Kenia, sus creencias entienden que un cuerpo muerto posee dos almas .Una de ellas es social o colectiva, y es la que se reencarna en otro individuo. Mientras que la otra va al encuentro con los ancestros.
En el mundo occidental de los siglos XIX y XX creció en la población la atracción por doctrinas avocadas al ocultismo. Siendo notorio este giro tras el gran interés que despertó en 1857 Allan Kardec con su movimiento fundado en la reencarnación, al que llamó “religión universal”. Este auge se vió fuertemente apoyado tras las múltiples publicaciones realizadas por Joan Grant, quien escribía sus relatos de vidas anteriores.
En los que recuerda ser hija de un faraón, haber vivido en Grecia, Inglaterra e Italia. Y aunque algunas declaraciones son muy sorprendentes, los destinos y la excepcionalidad de vidas pasadas todas cargadas de celebridad, hacen dudar de la veracidad de sus historias.
Tras este despertar en las creencias sobre la reencarnación. Numerosas figuras del espectáculo admiten creer en ella. Lo que suscita mayor atención aun.
Mientras que en el Oriente los principios de estas creencias están mucho mas expandidos debido a que forman parte de la religión que sostiene la gran mayoría de las personas.
El caso mas conocido es el del Dalai Lama, guía espiritual de los tibetanos, quien se cree es la reencarnación de su predecesor.
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