Está de moda en el momento de decir que no hay tal cosa como la verdad absoluta. Existe, dice el argumento, sólo la verdad pariente que es decir, la «verdad» depende de cómo se mire.
Y no hay dos personas iguales. Diferentes personas perciben el mundo de manera diferente. No es mi percepción de la verdad, su percepción de la verdad, y así sucesivamente.
Incluso si hay una verdad absoluta, continúa el argumento, nadie podrá jamás comprender y apreciar todos modos. Está fuera de nuestro alcance. Para ver la verdad abolute uno tendría que ser omnisciente, y nadie es omnisciente. Todos somos seres limitados con conocimiento limitado y pocos medios de percepción. Por lo tanto, cualquier persona que pretenda conocer y enseñar la verdad absoluta llamada debe ser iluso o un estafador.
Ciertamente utilizado de acuerdo con cada pedacito de esta escuela de pensamiento. Yo era un relativista hasta la médula.
¿Qué me derribó por completo fue mi primer encuentro con la verdad absoluta.
A la edad de 30 años tuve un momento sin tiempo en el que yo estaba siendo, y yo estaba consciente de ser, con la conciencia de ser yo. Y yo era consciente de que lo que soy, lo que se llamo «yo», es parte integral de la estructura misma de la realidad. «Yo» no soy más que una idea en mi mente.
En última instancia, lo soy. Yo estoy aquí. Y no puedo dejar de estar aquí, porque «aquí» y el «yo» no son dos cosas separadas, pero son solo uno.
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