Según la encuesta experimental de Osis y Haraldsson, una de las características importantes de estas experiencias de los pacientes moribundos es su grado de similitud. Las variables personales como la edad, el sexo, el acondicionamiento, la condición social o creencias religiosas no parecen haber tenido ninguna influencia sobre la naturaleza de las «alucinaciones».
Todavía hay diferencias muy notables que demuestran que estas apariciones a los pacientes moribundos no pueden ser desestimados por las divagaciones febriles de la persona confundida o gravemente enferma. En el caso de los pacientes en su lecho de muerte, hay pruebas abrumadoras de experiencias que dan tranquilidad y alegría en ellos. Como en instancias anteriores, con mucha frecuencia puestos en pacientes que salen de una depresión mental, estos pasan a estar reconfortados y liberados de todos los temores, se atreven a encontrarse cara a cara la muerte. En más de un centenar de casos documentados la experiencia fue descrita como de haber estado en «un lugar paradisiaco», con magníficos paisajes y hermosos jardines. En muchos casos donde se observaron imágenes de altos sentimientos de descanso, tranquilidad y paz, a veces de fervor religioso. También es sorprendente que estas «alucinaciones» fueron experimentadas por muchos pacientes cuyas funciones mentales no son en absoluto afectadas. Según este estudio casi la mitad de los pacientes se encontraban en un estado normal mental, eran completamente conscientes de su entorno y reaccionaron racionalmente al ver las «apariciones».
Estas experiencias habidas en los pacientes moribundos se ha estudiado en muchos países occidentales, por el contrario en países orientales no es tan estudiado porque ellos creen firmemente de la experiencia de estos sucesos que acontecen en la vida, para ellos esto es un hecho, sobre todo en países como la India.
Ya regresaremos para ampliar esta y otros temas de reencarnación.
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