La cuestión fundamental no es si Dios existe, pero si la conciencia sobrevive a la muerte física. Si Dios, lo que Él, ella o ello pasa a ser, existe, pero la supervivencia no es así, la creencia en Dios no hace mucho por nosotros. Por otro lado, si hay pruebas de supervivencia, ya que ciertamente lo es, eso es lo que Dios tiene que ver en primer lugar. Considere la posibilidad de que los budistas son capaces de aceptar la supervivencia de alguna forma, sin un dios.
Buscar a Dios primero es un enfoque deductivo que lleva a ninguna parte. Tomando el enfoque inductivo de ver la evidencia de la supervivencia primero y dejar que Dios se despliegan a partir de ahí parece un enfoque mucho más lógico e inteligente.
El fundamentalismo ateo o científico a menudo asume que la aceptación de Dios y la supervivencia significan rechazar la evolución biológica. Esto puede muy bien ser el caso de muchos fundamentalistas religiosos, pero aquellos que aceptan la evidencia de la supervivencia en general no encuentran conflicto en la aceptación de la supervivencia y la evolución. Por cierto, Alfred Russel Wallace, co-autor con Charles Darwin de la teoría de la selección natural de la evolución, no tuvo dificultad en aceptar ambas. Él era un espiritista dedicado y dijo que la evidencia de espiritismo era tan buena como la evidencia en ninguna otra área de la ciencia.
Los ateos son rápidos en señalar cómo la religión ha dado lugar a tantas guerras y terror tanto. Ellos dicen que son capaces de llevar una vida moral sin Dios y sin la esperanza de una vida futura. William James, el distinguido profesor de Harvard de la psicología y la filosofía, vio esta actitud como bravata lo suficiente para que se desvanezca con la edad y la muerte se acerca. Por otra parte, es muy poco probable que las masas no educadas – la y las clases más pobres, que constituyen la mayor parte de la población mundial – fuera tan moralmente restringido sin la creencia en una vida futura. ¿Los «iluminados» ateos realmente desean probar las aguas en este sentido?
En su reciente libro, programación mental, el Dr. Eldon Taylor, presidente y director de Progressive Awareness Research, Inc., señala que los artefactos descubiertos en tumbas antiguas sugieren que la gente siempre ha creído en la vida después de la muerte. Por otra parte, los neurocientíficos han demostrado la existencia de centros religiosos en el cerebro humano. «En otras palabras, estamos hechos para creer» que él ofrece.
«Se necesita una acción de la sociedad y un esfuerzo orquestado por los educadores para producir un ateo. En este sentido, el ateísmo es un producto de lavado de cerebro”.
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