Viviendo en el Presente. Cuando se analizan los pensamientos que pasan por nuestra mente nos encontramos con que muchos de ellos están lidiando con el pasado o presente. O estamos temerosos del futuro o rumiar sobre el pasado. Sin embargo, al vivir en el pasado o en el futuro, significa que no podemos vivir en el momento presente. Cuando meditamos estamos completamente en el aquí y ahora. La meditación nos enseña a apreciar la vida tal como es, que aprendamos a valorar nuestras circunstancias actuales.
Mejores relaciones con los demás. A menudo podemos tener conflictos menores con otras personas porque vivimos en pequeños fallos de la otra persona. Si está justificado o no, es una fuente común de la infelicidad y la división. La meditación nos enseña a no dar importancia a los pensamientos de menor importancia. Cuando meditamos fuerza se desarrolla un sentido de unidad con otras personas, naturalmente buscamos a sus buenas cualidades. Sus faltas leves parecen sin importancia.
Para descubrir el verdadero sentido de lo que somos. Nuestra mente intelectual puede tratar de descubrir la respuesta a muchas preguntas, pero la pregunta de ¿quién soy yo? siempre permanece sin respuesta. Para descubrir nuestro verdadero yo, para ser conscientes de nuestra propia alma, tenemos que ir más allá de la mente.
Es en la meditación que podemos llegar a ser conscientes de una presencia espiritual viviente. Cuando encontramos este que sentimos un nuevo propósito en la vida.
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