¿Usted está preparado para dejar todo aquí en la tierra y todo lo que ama? Creo que nadie tiene esa respuesta, ello sólo sabremos en el momento de nuestra partida. Lo único que podemos estar seguros es que eso en algún tiempo ocurrirá. Por otra parte, cuando reencarnamos, no nos preparamos para tal evento. Aceptamos todo lo que sabemos, (incluso inconscientemente, pues sólo espiritualmente tenemos este entendimiento), pero aun sabiendo y entendiendo más lo que es reencarnar, debemos primero tomar conciencia y recomponer nuestra forma de ser, al menos eso es para la gran mayoría de gente y lo digo porque las personas a menudo se auto destruye con sentimiento negativos como: adicciones, obsesiones, celos, miedos, y uno es empujado por la cobardía para tomar decisiones. Me refiero a que si una persona perturbada con todos esos estados de ánimos negativos se suicida. Pues dará como resultado que esas decisiones tomadas nos afectara espiritualmente, aumentando aún más la deuda que ya tenemos.
Algunos espíritus debido a los terribles errores realizados aquí en la Tierra, tienen su “pasaje” difícil, ya que su adicción es demasiado grande y el cierre del cuerpo está muy comprometido. Si el hombre no se prepara adecuadamente para la dimisión de sus viejos hábitos, tales como las adicciones, los bienes materiales, bienes físicos, adicción, sexo, etc, esos estados de ánimo negativos se a menudo se quedan atrapados dentro del cuerpo hasta que este se descomponga y desaparezca, Si, por otra parte, se ha comprometido con su destino por ejemplo mediante la práctica de actos criminales contra sus semejantes, será mucho más difícil su liberación.
La dificultad del paso de lo físico a lo espiritual puede ser minimizada por la familia, que no debe desesperarse. Es verdad que lloramos cuando sentimos la pérdida muy grande, pero tenemos la obligación de ayudar a menudo, en los funerales, los familiares y amigos, por ello se debe estar allí para consolar a los más cercanos familiares que han sufrido la pérdida.
Pero muchas veces en este último adiós, muchas personas también además de charlar, cuentan chistes, se expresan con risas e incluso sorprendentemente se habla hasta mal de los muertos, más que si tuvieran esa conciencia equilibrada en su yo interno, ayudarían a los desencarnados (muertos) en este difícil trance a través de oraciones y pensamientos. Debemos darnos cuenta de que en ese momento, los espíritus socorristas, están presentes, realizando la difícil tarea de desligar el espíritu del cuerpo, y que los pensamientos elevados, puede ayudar en esta tarea. Amar es también dejar ir.
Hoy debemos entender que ante la muerte, debemos prepararnos para ese momento, que con seguridad algún día vendrá.
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