Un día jueves, después del trabajo, yo estaba sentado en el tren como de costumbre y decidió meditar. Lo hago muy a menudo en el tren, pero a veces simplemente no funciona, ya sea porque es demasiado concurrida y ruidosa o porque mi cabeza no está del todo bien. Esta vez, sin embargo, fue muy bien-de alguna manera me dieron todo «bien».
Yo estaba esperando a moverse suavemente en mi espacio feliz usual pero es evidente que de alguna manera fue un paso más allá. Todo lo que puedo recuerdo haber hecho de manera diferente estaba tomando la técnica hasta el límite, permitiendo el flujo al máximo, diciéndome algo así como «¿Qué pasa si dejo ir toda resistencia, totalmente? ¿Y si pudiera ser un ser completamente permitiendo? ¿Y si, en este momento, todo mi cuerpo y de la mente podría estar en perfecta alineación con este flujo de energía? »
Una idea vino a mí-No hay nada en el universo que debe ser tomado en serio. Toda mi resistencia física viene de tomar las cosas en la vida demasiado en serio, incluyéndome a mí mismo, cuando en realidad toda la vida es pura alegría cuando se le permite fluir sin resistencia.
Realmente era como si una presencia cósmica entró en mi conciencia y compartir un gran secreto conmigo: No toméis nada serio. Nada en la vida es seria. Todo es bueno, alegre, feliz, diversión cuando se ve en la verdad. Sólo verlo de otra manera hace que parezca lo contrario.
Me sentí como si estuviera en contacto absolutamente íntimo con el universo-la-divina y era como que estábamos compartiendo una broma privada. Yo entendí lo que quería decir, y sabía que yo entendía y sabía que lo sabía… y así sucesivamente.
Mis sensaciones internas no sólo fundieron en el flujo dichosa costumbre, pero, por un momento, mientras estaba sentado allí en el tren, se transforma en una fuerza más activa, no sólo brillante, sino a través de mí corriendo fuera de mí.
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