El 8 de febrero me sometí a una regresión a vidas pasadas con un hipnoterapeuta. Me abrió los ojos en más de un sentido.
A modo de antecedente, he estado sufriendo de varias dolencias en los últimos años. Tengo una enfermedad rara e incurable que afecta a mi tracto respiratorio que requiere la cirugía convencional, de lo contrario poco a poco me iba a ahogar a la muerte. Desde hace unos meses también he tenido la fatiga post-viral – un estado debilitante de la debilidad, fuertes dolores y molestias, y una constante «batería descargada». También he estado dando dolores de cabeza y mi vista se ha estado borrosa. Ah, también tengo una extraña aparición de manchas en mi piel, como manchas de leopardo de color rojizo. (Que suena como un desastre vieja derecha!)
Psicológicamente, estoy tratando con un cierto conflicto en torno a mi trabajo. También tengo un problema de toda la vida con excesiva timidez. Esto ha sido debilitar a veces, pero en estos días estoy aprendiendo a manejarlo bastante bien. Yo, sin embargo, a menudo encuentran una conversación normal estresante y por lo general tratan de evitar.
Mi intención con la terapia de regresión a la era ver si podíamos llegar a la parte inferior de cualquiera de estos temas.
La regresión
Después de una charla introductoria de una hora y la exploración de mis problemas y síntomas, seguido por el procedimiento de relajación y de la inducción, que se inició con el terapeuta, Hazel, me lleva directamente a la fuente de mi problema de garganta.
Inmediatamente me encontré a mí mismo retorciéndose de dolor. Me parecía estar en un ambiente tóxico. Yo no tenía las imágenes visuales por el momento, pero cuando me preguntó de dónde era, me dio la impresión de que estaba en una fábrica – más precisamente, una de las «oscuras fábricas satánicas ‘el clásico de la Revolución Industrial. Posiblemente, en Yorkshire (norte de Inglaterra).
Era un lugar oscuro y ruidoso, maloliente lugar, y yo sabía que estaba siendo envenenado lentamente por ella. El mercurio palabra se me ocurrió.
Yo llevaba algo así como un sombrero de copa, una chaqueta abierta, chaleco y pantalones a cuadros, y yo llevaba un reloj de bolsillo. Me parecía ser un supervisor de planta de la fábrica, manteniendo un ojo sobre los trabajadores.
Yo odiaba mi trabajo. Por alguna razón, sin embargo, no tenía salida. Me he quedado atrapado en algo que detestaba.
roberto mendez dice
Hola, en tu relato no comentas si el terapeuta le dio el cierre necesario a esa experiencia, me gustaria saber que ocurrio, no es una curiosidad de morbo, soy psicologo terapeuta y el caso que cuentas es comun, en la practica me e encontrado con el mismo tipo de situaciones… regresiones sin resolver o cerrar el ciclo, debido a esto comienzan a aparecer los sintomas en la vida actual, si gustas puedes contactarme en el correo mencionado o buscame en youtube como psiroca ahi encontraras mas informacion mia. hasta luego