En la mañana del tercer día hubo una más tranquila, más «estudioso» atmósfera. Un fideicomiso caliente había desarrollado dentro del grupo, y casi todo el mundo estaba ya bien avanzado el proceso. Entonces… cuando yo cerré los ojos y me pregunté ¿Quién soy yo?, No dejaba de «ver» esta lápida. Al mirar más de cerca la lápida me di cuenta de que tenía mi nombre en él. Era como si mi inconsciente me estaba poniendo a aceptar que un día me voy a morir, algo que me pareció aterradora. Lo último que quería hacer era hacer frente a ese temor, de manera allí estaba, justo en el momento justo.
Empecé a temblar y jadear como me lo comunicó a mi pareja, pero finalmente salió.
Luego llegó el momento para el almuerzo, y toda la cosa estaba detrás de mí.
Pero fue durante el almuerzo que tuve la experiencia más increíble de mi vida. Nada más sacarlo de la nada, cuando levanté un pedazo de lechuga a la boca, llegó un momento sin tiempo en el que yo sabía quién era yo. Lo sabía porque yo lo era. Me había sorprendido en el acto de ser. «¡Aquí estoy!»
Parte de lo que yo tengo es que, en última instancia, lo que soy es parte integral de la estructura misma de la realidad.
Era como si hubiera sabido siempre mi ser, pero había olvidado. Era tan obvio, sin embargo, tan maravilloso!
Me eché a reír sin control, hasta que un monitor de paso me tiene que comunicarse con ella. Cuando lo hice, comprendí por qué la comunicación es la clave para este proceso. En la comunicación, el momento de saberse volvió y me dejó tan asombrado y humillado por su realidad de que mi mente racional no podía negar la experiencia.
Había leído de personas que tienen experiencias místicas espontáneas y totalmente inesperadas. Un momento en que se fuera a pasear al perro, al momento siguiente están en feliz unión con … bueno, lo que sea. A continuación, momentos más tarde, vuelven a la normalidad, sólo que ahora su vida ha cambiado para siempre. Yo sabía que acababa de experimentar algo de este tipo.
A pesar de todos mis esfuerzos no habían hecho pasar, sólo había aparecido de la nada, como un acto de gracia. Más tarde me enteré de que casi una tercera parte del grupo había tenido experiencias directas de intensidades variables, algunas más claras que otras, y que esto es parte del curso sobre Intensivos de la Ilustración.
Desde un principio, he tomado muchas más Intensivos de la Ilustración. Como resultado de haber sido bendecido con encuentros cada vez más con la verdad.
Mi escepticismo inicial ha dado paso al desarrollo de una espiritualidad y auto-conocimiento basado en la realidad absoluta.
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