Nunca debemos descuidar la unión con el plano espiritual, porque cuanto más nos alejamos de Dios, más embrutecidos y sin propósitos nos convertimos, o sea quien se aparta de la luz se aproxima a las tinieblas. Para evitar que esto suceda, basta con ver la vida con entendimiento espiritual y practicarlo.
La necesidad de cambio es a veces muy extraña pero sirve para vivir mejor, más feliz, satisfecho y en paz con la vida. De lo contrario, estará listo para la depresión a la no conformidad, el disenso, la ira, el estrés, el dolor y todo lo malo que podemos visualizar.
El ser que se preocupa solamente con el aspecto material de la vida: casas, coches, bienes, con una cantidad de conseguirla en poco tiempo, olvidara su experiencia en este planeta, que es demasiado corto en relación a la vida eterna. De esto nos lamentaremos amargamente por no dar la debida importancia a lo que más importa.
Es imprescindible tener un equilibrio entre el tener y el ser. Es así que este es el secreto del éxito para obtener mayores ganancias en lo material y lo espiritual, ello no sólo para hoy sino para mañana y para siempre.
Uno podría preguntarse entonces: ¿vale la pena el cambio? Pues si porque ello nos da sostenibilidad en la vida. Entendamos que estamos ante todo con un espíritu donde todo comienza!