Frente a toda esta tragedia que está ocurriendo en Japón, nos preguntamos: ¿Por qué ocurren? ¿Qué toda esta gente? ¿Por qué cada año hay nuevas tragedias que matan a miles de personas en todo el mundo? En este artículo le podemos explicar al respecto, así que pongo este post, con la intención de ayudar a otros que tienen las mismas dudas.
A finales del año 2004, la humanidad se vio dividida entre dos sentimientos contradictorios. Por un lado, la alegría de la Navidad con el reciente intercambio de regalos y abrazos emocionados de amigos y familiares. Por otra parte, más de doscientas mil personas murieron víctimas de una inesperada ola de tsunami de marea causada por un terremoto en el océano. Muchos de los que no se vieron afectados por el tsunami conocieron el poder de su destrucción por los medios de comunicación. ¿Sería justo celebrar, mientras que miles de personas han muerto y muchos sólo buscan desesperadamente a los sobrevivientes, sin hogar, sin alimentos para comer y sin ninguna vivienda? ¿Qué hacer?… ¿Una oración? ¿ Donar un abrigo o una libra de frijoles? Una gran tragedia ocurrió, ¿qué hacer?
Por un momento la gente se despierta a una realidad que no es la suya. Deja su «burbuja» cerrado a su alrededor y darse cuenta de que el dolor de los demás. Muchos sienten vergüenza otros un alto sentimiento de compasión. Pero la mayoría vuelve rápidamente a su realidad normal, como si nada hubiera pasado. También hay personas que no han tenido tiempo para cuestionar el destino de aquellos que murieron en el tsunami. Frente a un sinnúmero de temas, los sacerdotes y los representantes de todas las religiones se apresuran a aclarar sus fieles, con el fin de «limpiar la barra» de Dios. Pronto! El juicio se lleva a cabo: el culpable es el diablo! (dicen) ¿Es el fin del mundo’. ¡No! Gritan los escépticos. Fue un evento natural, “la geología”. Y así… querido lector ¿Quién tiene la culpa? ¿Como explicar la doctrina espiritual de la justicia de Dios ante las grandes tragedias?.
En El Libro de “Los Espíritus”, al preguntar si la destrucción es una ley de la naturaleza, Allan Kardec, nos dice que «Debemos destruir todo lo que sea posible para recuperar y regenerar lo mismo, porque lo que ustedes llaman destrucción no es más que una transformación que tiene como objetivo la renovación y mejora de los seres vivos».
En primer lugar, debemos entender que nadie se muere. El cuerpo físico se transforma, este se queda en la tierra o en las llamas de la cremación. Así que la gente que murieron en el tsunami, no realmente han muerto, así que en vez de morir solo encarnaron en otro ser. Pero, ¿qué lleva a una persona quedarse sin cuerpo de una manera tan trágica? En primer lugar, hay que entender que ninguna persona en la tierra está viviendo su existencia por primera vez como un ser humano. La naturaleza no da saltos. Todo en el universo está ligado, de una sola pieza que encaja en la otra en una armonía perfecta. Se ha vivido en otras vidas aquí en la Tierra y posiblemente en otro planeta (como por ejemplo del caso del niño ruso que hablaremos más adelante en otro post).
Todas estas desgracias suceden no porque no haya nada que no sea parte del todo, de Dios, (la ultima “Realidad”). Por alguna razón, se dirigieron al Planeta Tierra. Eso significa que está sujeto a las leyes que gobiernan este planeta, por ejemplo en el hambre, frío, calor, sed… los que vivimos aquí estamos siendo sometido a diversas fuerzas y necesidades vitales. Los terremotos y los tsunamis, por ejemplo, son fenómenos naturales, que son causados por la constitución misma del mundo planetario. Por otra parte, hay ciertos eventos planetarios que son causados por el hombre, y esto, van a sufrir las consecuencias (por ejemplo las altas temperaturas debido a los agujeros en la capa de ozono, etc.).
Así las tragedias colectivas son un evento inevitable que siempre estará presente porque es parte de la naturaleza aquí en la tierra.
Deja una respuesta